La Filarmónica de Berlín, aclamada como la mejor orquesta del mundo, inauguró el pasado 6 de enero su Sala de Conciertos Digital (Digital Concert Hall).
El naciente espacio permitirá a los melómanos de todo el mundo seguir los conciertos en vivo a través de Internet.
No importa ya que las localidades estén agotadas, lo mismo desde Berlín que desde la ciudad de México, los amantes de la llamada música culta podrán disfrutar a un costo menor de 10 euros por concierto, una quinta parte del costo real de cada entrada, temporadas completas de la agrupación fundada en 1882.
El abono otorga al suscriptor el derecho a escuchar cuantas veces desee los conciertos de la temporada completa : http://dch.berliner-philharmoniker.de/
miércoles, 8 de julio de 2009
lunes, 6 de julio de 2009
Francesca Woodman
Fotógrafa norteamericana, hija de artístas plásticos George y Betty Woodman. Decide suicidarse arronjándose de una ventana en 1981 por un amor incomprendido. Deja sin duda un legado fotográfico excelente, influenciada en el surrealismo, en artístas como Man Ray, Duane Michals, Deborah Turbeville, su obra en blanco y negro, con rasgos decadentes al colocar a sus modelos siempre mujeres en ambientes descarapelados, casas vacías, entre sombras, paredes deterioradas; muchas veces ella misma como modelo de su dolor igual que Nebreda.
Nos invita a su espacio interno, mostrando la ambivalencia entre su personalidad y su trabajo, una rivalidad que la lleva al punto de ser creadora libre, su lente ambiciona lo que su ojo ve aunque sea sólo ella la que abarque todo el cuadro, su interpretación inestable transita en la depresión natural, siempre oculta de la cámara, como si de un mounstro se tratase sufre del síndrome de drácula al no poder verse a ella misma, si lo hace crea una reacción en cadena que transgrede la lente, el papel, para ver a Woodman tal como es, la expresión del rostro nos cambia, nos altera, nos confunde, nos hipnotiza como si cada foto fuera un registro de su muerte, de su agonía lenta, nos grita, pasa de una actitud estoica ante la muerte, al hedonismo de la permanencia mental en el espectador de su momento crítico con el espejo, con las puertas las luces cortadas, el alcatraz, el movimiento de su ser borroso, sumergida en la bañera o simplemente recostada en estado inerte... permanece, deja huellas de su cuerpo, registra cada escena única e irrepetible por su estado sensual del momento.
Jos.
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